Julio se me acerca y dice: ‘Vamos al estudio, a Panart Records’”, cuenta Walfredo de los Reyes, Sr. Nuestra conversación transcurre más de 60 años después de aquella noche habanera de 1956. Sin embargo, el músico cubano recuerda claramente la jam session, o descarga, liderada por el director de orquesta Julio Gutiérrez y el afamado pianista Peruchín en los estudios de Panart.Julio Gutiérrez retratado por NarcyPeruchín
De los Reyes todavía era conocido como Walfredo de los Reyes Jr. (Después heredaría el sufijo patriarcal de su padre, el trompetista de Casino de la Playa). Esa noche, cuando el joven batería y timbalero terminó de tocar en el Hotel Nacional con Gutiérrez y otros músicos de su banda, se trasladaron hasta el número 410 de la calle San Miguel. Encontraron abiertas las puertas de la casa colonial de techos altos que el fundador de Panart Records, Ramón Sabat, había convertido en los estudios de grabación más modernos del Caribe en 1943 (luego, y hasta hoy, el mismo estudio sería la sede del sello cubano Egrem).
A mediados de los años cincuenta, Panart, el primer sello independiente cubano, había dejado de ser una nueva empresa rudimentaria que luchaba por aliviar el control de la multinacional RCA Victor en el mercado, para convertirse en una marca respetada con distribución internacional y un éxito comercial cada vez mayor. Además de grabar los grandes éxitos de muchos de los artistas más populares de la época, Sabat siempre andaba buscando nuevas formas de llevar la música cubana al mundo.
“Había unas 20 personas en la sala en ese momento. En una mesa había ron y coñac español,” recuerda de los Reyes. “Pedro Ximénez, que entonces era popular en La Habana–, Coca-Colas, Canada Dry (no Scotch, ése era americano). Algunas de esas personas no tocaban, estaban allí para pasar el rato, pero también eran músicos. Era como una gran fiesta. Empezamos a tocar. Peruchín hacía alguna cosita al piano, la clave, el tumbao… No había nada escrito. Julio se sentaba al piano y comenzaba una frase, y el resto de los chicos lo seguían. Improvisábamos melodías diferentes”.
«Estábamos grabando cómo nos sentíamos, lo que salía de nosotros», confirmó Gutiérrez en una entrevista con el coleccionista e historiador musical Cristóbal Díaz Ayala. El respetado pianista y compositor estaba en la cima de su carrera en el momento de la descarga, dirigiendo varias bandas, incluyendo la orquesta del Canal 4 de la emergente televisión cubana. “”, dijo.
Aquella noche, el pequeño círculo de músicos de La Habana que sentaría las bases del jazz cubano tocaría, como tantas otras noches, hasta el amanecer, “haciendo que la música diera un giro de 360 grados”, en palabras del maestro bajista y pionero del mambo Israel “Cachao” López. Los músicos tocaban temas de mambo, cha cha chá y conga, deconstruyendo y reimaginando el sonido de los números que las grandes bandas solían interpretar en el escenario.
Pero esta vez, toda la descarga sería grabada.
El registro de esa noche se convertiría en dos discos de Panart: Cuban Jam Session Vol. 1 y Cuban Jam Session Vol. 2, de Julio Gutiérrez.
La Esquina Habanera recuerda lo que paso aquella noche del 56 , en los estudios de Ramon Sabat en la Habana Cuba.
Fueron seguidos por tres álbumes más: Cuban Jam Session 3, de Niño Rivera.
El registro de esa noche se convertiría en dos discos de Panart: Cuban Jam Session Vol. 1 y Cuban Jam Session Vol. 2, de Julio Gutiérrez.
La Esquina Habanera recuerda lo que paso aquella noche del 56 , en los estudios de Ramon Sabat en la Habana Cuba.
Aqui esta para que disfruten parte de esta historica grabacion en los estudios Panart propiedad de Ramon Sabat.
A continuacion escucharan parte de la grabacion de 1957 en los estudios Panart en Cuba.
“Era imposible llevar la cuenta de todos los músicos que iban y venían”, escribió la esposa de Ramón Sabat, Julia, recordando aquella primera noche de descarga de Panart. Algunos de los intérpretes pidieron expresamente permanecer en el anonimato porque tenían contratos con otros sellos discográficos.
De los Reyes recuerda que la cantante Omara Portuondo, de asidua presencia en las descargas nocturnas de La Habana, estaba entre la pandilla presente esa noche. Pero con 87 años en el momento en que se escriben estas líneas, Portuondo no puede confirmar o negar su presencia en la grabación. Con la escasa documentación existente, y con cada vez menos testigos para contar las historias de estas descargas, también han quedado borrosos detalles como las fechas exactas de lanzamientos de los múltiples ediciones de los jam sessions de Panart distribuidos por varios países, y antes y después de la nacionalización del sello en 1961.
Lo que es innegable es que los álbumes Cuban Jam Session dejaron al descubierto la “cara B” de la Edad de Oro de la música cubana: los encuentros informales que ocurrían lejos de los espectáculos coloridos y la espléndida decadencia de la legendaria vida nocturna de La Habana. En las descargas que se celebraban en la madrugada de cualquier día de la semana y con regularidad los domingos, los músicos podían “dejar salir las expresiones que teníamos dentro”, como lo describió para mí en una ocasión el pianista Bebo Valdés. Para los músicos de La Habana, las jams eran como salir al patio de recreo. Pero los sellos discográficos buscaban los boleros románticos y los éxitos de las big bands cubanas que pasaban de la pista de baile a las victrolas, y que se vendían dentro y fuera de Cuba.
Fuente : Gladys Palmera
A continuacion les entrego 2 compilaciones de descargas ....disfrutelas.
E-mail:losamigosdeasad@gmail.com
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